Los cultivos de interés económico o de explotaciones comerciales, demandan de cantidades adecuadas de nutrientes para obtener cosechas sostenibles desde el punto de vista agronómico y económico. La mayoría de áreas agrícolas del país no poseen las cantidades suficientes de nutrientes para los cultivos, lo que hace necesario el aporte de estos mediante otras vías, especialmente mediante la fertilización (IFA, 1992).
Las formas más conocidas o implementadas para la realización de esta actividad son, la fertilización edáfica, la fertilización foliar y la fertilización implementando el agua como vehículo, conocida como fertirriego (Reetz, Jr, 2016).
1. Fertilización edáfica
Consiste en aplicar el fertilizante de manera directa, en la base de la planta, el sustrato o directamente en el suelo, para que los nutrientes se localicen lo más cercano posible a la zona de absorción radicular y pueden ser tomados por la planta. Normalmente, para esta práctica son implementados fertilizantes solidos granulados, con baja frecuencia de aplicación en el tiempo, lo que busca que los nutrientes se encuentren en el suelo por un tiempo prolongado mientras son absorbidos por la planta (IFA, 1992).
El manejo de la fertilización edáfica determina de manera importante la eficiencia de la fertilización general, tomando como eficiencia la cantidad de nutrientes tomados por la planta, respecto de la cantidad total aplicada. Para lograr la máxima eficiencia posible es necesario el análisis minucioso de ciertas variables que afectan de manera directa dicha optimización de los fertilizantes aplicados, como son: tipo de suelo, clima, tipo y edad del cultivo, técnica de aplicación, comportamiento agronómico, componentes económicos y disponibilidad del producto (IFA, 1992; Laegreid et al,1999).
2. Fertilización foliar
Se define como fertilización foliar, a aquella donde la nutrición se realiza atreves de las hojas. Dicho sistema ha adquirido gran importancia en el manejo agronómico de la nutrición de los cultivos, porque complementa la fertilización edáfica, corrige deficiencias específicas de elementos esenciales en la planta, favorece el desarrollo de los cultivos y mejora el rendimiento y la calidad de las cosechas (Trinidad y Aguilar, 1999).
Bajo este sistema de nutrición la hoja es de fundamental importancia en el aprovechamiento de los nutrientes. Desde el punto de vista fisiológico, cualquier elemento mineral puede ser absorbido vía foliar en diferente estado fenológico de la planta. Pero para que este proceso se lleve a cabo son indispensables ciertos factores, los cuales se pueden clasificar en: i) Factores correspondientes a la planta: estos juegan un papel fundamental por ser el blanco biológico objetivo de la práctica; entran en juego la cuticula, los estomas y los estodemos que participan de manera activa en el paso de solutos. ii) Factores ambientales: la temperatura, la luz, la humedad relativa y la hora de la aplicación influyen en la eficacia de las aspersiones foliares, facilitando o presentando mecanismos de oposición al paso de nutrientes atreves del mesofilo. iii) Factores correspondientes a la solución foliar: se hace énfasis en el pH, surfactantes y adherentes, presencia de sustancias activadoras, concentración de la solución y iones acompañantes (Segura, 2002).
3. Fertirrigación
La técnica de aplicar fertilizantes a los cultivos utilizando el agua de riego como vehículo es llamada fertirrigación o fertirriego. La fertirrigación es una técnica agrícola que provee una excelente oportunidad para maximizar los rendimientos, y a la vez, reducir la polución ambiental al incrementar la eficiencia de uso de los fertilizantes, minimizar la aplicación de éstos y aumentar los beneficios económicos de la inversión en fertilizantes ya que, en la fertirrigación, el momento, las cantidades y la concentración de los fertilizantes aplicados son fácilmente controlados (Kafjafi y Tarchitzky, 2012).
La agricultura intensiva ha ido incorporando diferentes tecnologías tendientes a incrementar la eficiencia en el uso del agua. En este sentido, el fertirriego combina la aplicación del agua de riego con la aplicación de fertilizantes (Torri, 2005).
Según Torri (2005), la incorporación de los fertilizantes en el sistema de riego demanda los siguientes requerimientos básicos:
Equipo: en sistemas de riego presurizados, la presión de inyección de la solución fertilizante debe ser mayor que la presión interna. Adicionalmente, debe contar con un filtro que prevenga el taponamiento de los emisores por partículas sólidas que puedan llegar al emisor y una válvula que prevenga el retroflujo.
Fertilizantes: solubilidad de los fertilizantes en el agua de riego, que contiene constituyentes químicos que pueden interactuar con los fertilizantes disueltos, provocando efectos indeseados. Adicionalmente, el grado de acidez de los fertilizantes en la solución fertilizante debe considerarse en relación con su corrosividad a los componentes del sistema de riego.